El mito español de Don Juan ha sido revisitado innumerables veces en la literatura y otras artes desde su primera aparición en 1630 en El Burlador de Sevilla y Convidado de Piedra, de Tirso de Molina. En cada caso, el personaje es representado con diferentes rasgos de personalidad, valores e ideología amorosa. Dos de ellos, el Marqués de Bradomín, de Valle-Inclán, y Félix de Montemar, de José de Espronceda, y que corresponden, respectivamente, al Modernismo hispano y al Romanticismo, tienen características muy peculiares.