El modo más habitual de entrenar máquinas de clasificación es minimizar mediante búsqueda analítica una función de coste que depende de los valores de blancos y de salidas. Ello impone abandonar las salidas duras, no derivables. Además, el carácter discreto de los blancos no permite obtener buenos diseños considerando salidas lineales. De lo anterior surge la conveniencia de emplear las clásicas activaciones sigmoidales; ahora bien, su presencia no puede considerarse “natural” para cualesquiera problemas.