[ES] Un mundo con «fronteras abiertas», que no un «mundo sin fronteras», aporta el marco institucional más propicio para el respeto de los derechos humanos y la instauración de la justicia distributiva a nivel planetario. En este artículo se argumenta a favor de esta tesis. El horizonte propuesto se compara con el actual estado de cosas, caracterizado por la obstrucción sistemática de la libre circulación de personas. Ante este panorama, y con el fin de afrontar de manera más integral la cuestión de las migraciones internacionales, se señala la necesidad de adoptar una mirada cosmopolita.