Para las olimpiadas de Barcelona de 1992 se necesitaron una serie de notables infraestructuras, entre las que figuraba un canal de remo de dimensiones apropiadas. Se
barajaron diferentes posibilidades y se decidió construirlo en el sector occidental del Delta del Llobregat por excavación de las arenas superficiales, dejando que fuese el agua subterránea freática la que llenase el espacio vaciado. Se describen los estudios previos realizados con carácter de urgencia y el seguimiento de la excavación, con sus efectos hidráulicos y la calidad del agua drenada.