Existe una necesidad permanente de preguntarnos por el ser y el sentido del mal y por cómo los seres humanos podemos hacerle frente. Este estudio sostiene que el mal tiene un contenido real (al menos tanto como el resto de las cosas), que es un algo-alguien que puede ser definido en torno al exceso, al sufrimiento extremo, al conocimiento falso y engañoso y a la intención cruel. Cabe hablar de mal en sentido objetivo cuando se da un exceso (devastador) tanto cuantitativo como cualitativo, y de mal moral cuando se produce un sufrimiento potencialmente excesivo y difícil de comprender.